Luiz Inácio Lula da Silva juró este día ante el Parlamento como nuevo presidente de la República Federativa de Brasil para el período 2023-2027.
El mandatario se desplazó hasta el lugar de la ceremonia en un auto descapotable, donde fue recibido por representantes de los otros órganos del poder del país.
“Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil”, declaró Lula da Silva con la mano en la Constitución.
Silva inauguró la sesión rindiendo homenaje al fallecimiento del rey del Fútbol, Pelé, y del Papa emérito Benedicto XVI. Donde el mandatario pidió un minuto de silencio.
Con 77 años, el político tomó posesión como presidente con promesas que incluyen desde la lucha contra el hambre, la protección de las comunidades indígenas y alcanzar la deforestación cero en la Amazonía.
Esta es la tercera vez que Lula da Silva toma posesión como mandatario de Brasil.
Además, dijo que las primeras acciones del Gobierno tendrán como objetivo “rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina”.
La Praça dos Três Poderes (“Plaza de los Tres Poderes”) fue el lugar donde se produjo el cambio de mando. Según informaciones de la Policía Militar del Distrito Federal (PMDF), el límite para el evento era de 30,000 personas. Por razones de seguridad, el público ya no pudo ingresar al sitio.
Al lugar asistieron personalidades de la política local y delegaciones de 120 países. Dentro de los primeros se encuentran el expresidente José Sarney, la expresidenta Dilma Rousseff y el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes.
Toma de posesión
Según indica el protocolo, el presidente saliente es el encargado de pasar la banda a su sucesor. En esta ocasión Bolsonaro no participó durante el traspaso de mando, al seguir sin reconocer su derrota en las urnas.
Bolsonaro viajó a Estados Unidos sin previsión oficial de vuelta el día viernes.
Lula subió la rampa del Palacio de Planalto, en Brasil, acompañado por un grupo de personas que “simbolizan la riqueza y la diversidad del pueblo brasileño”, entre ellos, un niño, afrodescendientes, mujeres, personas con discapacidad y el conocido líder indígena Raoni Metuktire.
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